Aprovechamos que esto sigue siendo un blog y que estamos en pleno verano para compartir un poquito de opinión personal!
Las apps y el online
Hace unos días tuvimos una experiencia dolorosa (una más) con la tiranía de las apps y el online, que compartimos en redes y reproducimos a continuación:
Esa indescriptible sensación de sentarte a las 8h para hacer 3 trámites rápidos, abrir SLIM, romperte la cabeza, conseguirlo de aquella manera, con más dudas que certezas, entrar para registrar una instancia general y que aquello no va, internal server error, salga y vuelva a entrar, que ya hay otro trámite, que no, que si, que no hay usuario… que sean las 11h y de los 3 trámites sólo hayas hecho 1… y ahora me hablas de la productividad, de la digitalización… todo bien, gracias!
El caso es que, como decíamos al principio, es agosto, está todo más tranquilo, tienes algo de tiempo para pensar y piensas, joder… en serio, ¿el futuro era esto?
Vamos con tres casos concretos que consiguen hervir la sangre de cualquiera que la tenga: el visado, las licencias y las instancias…
Visado en el COAM
En poco tiempo hemos pasado de ir a visar al Colegio de Arquitectos con las copias impresas bajo el brazo a hacerlo online.
El cambio ha sido grande, muy positivo, pero ahora que llevamos años con el sistema de visado online quizá sea el momento de darle una vuelta. Al margen del tiempo de visado, que es otra historia, el sistema es farragoso. Se están dando pasos en la buena dirección, pero: seguimos teniendo que introducir datos que ya se especifican en el proyecto, seguimos con problemas en las firmas digitales según el programa que uses, y si no utilizas el sistema con frecuencia se te olvidan la mitad de las cosas.
Sistema SLIM
El «Sistema de Licencias Municipales» SLIM es una web-app similar (en funcionamiento) a la web-app con la que se cumplimenta el Informe de Evaluación de Edificio IEE…
Básicamente (con todo el respeto, debe ser un trabajo enorme!) se trata de un montón de pantallas en las que vas introduciendo datos, datos y más datos. Se puede decir que vivimos en la dictadura de los datos…
Una vez aportada toda la información, que se incluye (o debería) en los proyectos que presentamos, la ventaja es que a la hora de hacer un aporte de documentación, por ejemplo, ya tienes «abierto» el expediente y eso facilita la labor.
Como decía antes, el problema es el mismo que en gran parte de las web-apps: son sistemas muy poco flexibles, por diseño, y algo tan «tonto» como introducir un texto en el que explicas una situación es, mucha veces, imposible. Tienes que generar un documento, hacerlo PDF, meterlo con el resto en una carpeta comprimida… cuando muchas cosas se solucionarían pudiendo escribir cuatro líneas o, llamadme loco, con una llamada de teléfono de un minuto. Aunque claro, para eso tendría que haber alguien al otro lado del teléfono que ¡lo cogiese! y ¡pudiera pasarle la llamada a alguien que, a su vez, tuviera la capacidad de solucionar algo!
La instancia general
Ah, la instancia general… antes se usaba para todo, ahora cada vez para menos, pero le seguimos teniendo un cariño especial!
Para los que no lo conozcáis, la instancia general es el trámite online estrella. Se trata de un formulario web en el que se introducen los datos habituales (interesado, representante, etc) y unos cuadros de texto libre: expone / solicita / aporta
Conceptualmente es una maravilla, muy flexible, por ponerle un pero sería glorioso que el sistema (como ya sucede con algunos trámites de la Comunidad de Madrid) guardara la información asociada al NIF para no tener que buscar e introducir cada vez nombre, calle, número, código postal, correo, teléfono…
El problema en este caso es, por increíble que parezca hoy en día, que el registro es una lotería. Una lotería con más boletos a primera / última hora, pero no deja de ser una lotería. Y claro, te das cuenta de que no funciona cuando ya has introducido todos los datos y subido los archivos! A partir de ahí, internal server error, ya existe un trámite abierto, el usuario no es válido, en mantenimiento…
En resumen…
Al margen del tono irónico con la digitalización hemos ganado mucho evitando imprimir, ir a firmar, ir al registro… pero creo (humildemente) que algo no estamos haciendo bien.
Cada administración, autonómica y municipal, tiene sus «sistemas». Cada ayuntamiento su «registro». Y cada uno funciona con «sus» impresos, «sus» formularios web, «sus» web-apps… al final es de locos.
Si todo va bien, perfecto, pero a veces no puedes trabajar… si falla algo, lo que sea, y no puedes trabajar hasta que alguien, donde sea, lo arregle!
Soy consciente, o al menos intuyo la dificultad técnica que hay detrás de estos sistemas, aunque sea como aficionado tiro de programación para optimizar el trabajo en nuestro estudio de arquitectura. Pero estoy convencido de que se pueden mejorar muchos aspectos:
En fin, me consta que es una reflexión que nos hacemos muchos de los que trabajamos en arquitectura y muchos de los que trabajan en tantas otras cosas. A ver si con el tiempo vamos mejorando…
Buen verano!
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