Como ya sabemos en junio de 2013 entró en vigor el Real Decreto 235/2013, ahora sustituido por el RD 390/2021, por el que estamos obligados a disponer del certificado energético si queremos alquilar o vender nuestra vivienda.
Este trámite que nos exige la administración ha disgustado a un gran número de ciudadanos que consideran que es una forma más de sacarnos el dinero. No obstante esto no es así: el certificado energético es una herramienta para saber cuánto consume energéticamente nuestra vivienda (calefacción, refrigeración y agua caliente) y que medidas de mejora podemos realizar para reducir este consumo.
Qué mide el certificado energético
El certificado energético cuantifica los kilos de CO2 que emite a la atmósfera nuestra vivienda para mantener unas condiciones de confort térmico.
La cantidad de CO2 es una medida que no nos dice nada pero existe una relación directa con el gasto mensual en agua caliente, calefacción y refrigeración.
Es decir, pensar que una vivienda tipo de unos 100 metros cuadrados, que tiene una calificación con letra F, puede emitir más de 60 kg de CO2/m2 al año y que si tuviera una calificación con letra D emitiría menos de 26 kg de CO2/m2, es una comparación que nos aporta poco. Pero sí que nos resulta interesante saber que con una calificación de letra F nuestro gasto energético puede estar en unos 1.400 euros al año, mientras que si nuestra calificación fuera una letra D el gasto sería de aproximadamente 650 euros al año.
En el siguiente gráfico se representa el consumo aproximado en euros / año que se puede obtener con cada calificación.
Gasto euros / año según letra de calificación – Datos: ecobsevatorio
Certificado energético consumo y ahorro…
Con el certificado energético se nos dan algunas pistas y recomendaciones sobre cómo mejorar la eficiencia de nuestra vivienda para conseguir gastar menos en nuestros consumos energéticos.
Estas propuestas de mejora nos indican en qué elementos sería más óptimo intervenir en el caso de que decidamos hacer una reforma encaminada a mejorar la eficiencia energética. Las medidas más frecuentes son las siguientes:
Estas medidas tienen mayor repercusión en función de cuál es nuestra calificación inicial. Como vemos en los siguientes gráficos cambiar las carpinterías de las ventanas puede tener la misma influencia tanto si tenemos una calificación buena (D) o una calificación peor (F). En cambio intentar mejorar el aislamiento de las fachadas y la cubierta es más interesante si tenemos una calificación baja.
Porcentaje de mejora obtenido sobre calificaciones D y F:
Como siempre recordaros que estamos a vuestra disposición a través del formulario de contacto, el correo rt@rtarquitectura.com y en nuestras páginas de facebook, twitter e instagram, donde cada día enlazamos información sobre la ITE, la rehabilitación de edificios y la eficiencia energética… os esperamos!
Otras páginas relacionadas
RT arquitectura – Certificado de Eficiencia Energética
Cambios en el contenido
— Junio 2021: enlazamos el Real Decreto 390/2021 en vigor desde principios de junio.
SÍGUENOS EN…